Billie Holiday (1915-1959) es considerada como la mejor vocalista de jazz de la historia. Durante su legendaria carrera, Lady Day creó un estilo vocal seminal que cambió la manera de cantar pop para siempre. . Es esta entrega vocal distintiva, marcada por un tono instrumental único (a menudo como el de la trompeta de Armstrong o el saxofón de Young), un aplomo lacónico y una conmovedora emotividad que hace que las grabaciones de Holiday sean tan fácilmente reconocibles.
Llevó una vida privada profundamente tumultuosa y problemática; Billie Holiday creció en la pobreza y sufrió una serie de relaciones abusivas, períodos de depresión y una adicción a sustancias de por vida. Sin embargo, su desafortunada intimidad con el racismo y el sexismo se combinó con un espíritu artístico descarado que le permitió a Holiday romper las barreras a lo largo de su extraordinaria y prolífica carrera.
La angustiada y conmovedora "Strange Fruit" expone las brutalidades raciales del sur de Estados Unidos, mientras canciones como "God Bless the Child", "Do not Explain" y "Lady Sings the Blues" se han convertido en estándares de jazz.
Billie Holiday ingresó póstumamente en el Salón de la Fama de los Grammy consolidando su estatus de intérprete de canciones sin igual.
